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La Aguililla Alas Anchas y los suelos tabasqueños. Día Mundial del Suelo


Por Alejandra Ysunza y Sébastien Proust

Imaginemos una Aguililla Alas Anchas (Buteo platypterus) sobrevolando Tenosique en Tabasco, precisamente, dando vuelta sobre la comunidad de El Bejucal. Es de las pocas aves rapaces que migran, desde Colombia hacia Canadá cruzan todo centro América. Como no conoce depredador en el aire, vuela de día, aprovechando las corrientes, desplegando sus largas alas para planear y lograr esta jornada de miles de kilómetros. Al viajar de día, tiene la posibilidad de mirar hacia abajo, buscar una presa, alimentarse y seguir su camino.​


Foto: Luis Ángel Garma


Migración, es también la palabra que define el movimiento de otra especie registrada como Homo sapiens, decenas de metros abajo. Algunos de ellos también migran por el clima, como nuestra ave rapaz. Sin embargo, no es el clima anual el que los empuja a emprender este viaje, es el cambio climático global, que afecta a través de largas sequías o imparables inundaciones, a las zonas rurales de centro América. Pero ¿cómo podemos relacionar el andar de ambos? ¿Existen soluciones locales ante la degradación paulatina de los suelos que unen a ambos viajeros?

Aprendimos a conocer nuestros suelos, nos comenta Dominga e Inés, en un viaje de monitoreo en El Bejucal. Tomamos una muestra, la colocamos en agua, y determinamos la su composición a través de la textura. Desde un vivero biodiverso, nos muestran las nuevas técnicas de producción que implementan. La lombricomposta es una de ella, y nos comparten, orgullosas, su técnica de producción. Otra innovación es el jardín de plantas medicinales, tan útil en estos tiempos de pandemia.




Con una mata de Madre Cacao en la mano, Lázaro comparte su experiencia restaurando la ladera. Es un trabajo de largo aliento, pero se ve el resultado. Después de cada curva de nivel, trazada con mucha precisión para retener los suelos, cambian las especies en la parcela de Lázaro. “Este año el maíz no se logró, por una sequía prolongada en medio de la temporada de lluvia, pero tenemos los otros cultivos que nos permitirán salir a delante”. “El cacao aún requiere un poco de trabajo para lograr establecerlo bien”, nos comparte Claudia Velázquez, de la organización Mujeres, Organización y Territorios (MOOTS). En unas semanas, se visitará otro proyecto acompañado por el PPD en Comalcalco, para reforzar las capacidades de todas y todos en torno al cultivo agroecológico de cacao.

Parece increíble que, en solo un año, se pueda ver un cambio tan notorio en este territorio. Para corroborarlo, despegamos un drone que nos permite tener la perspectiva del aguililla y sobrevolamos la zona mapeada a principios del 2019. La imagen nos dibuja una sonrisa. Tabasco es una zona fértil, con suelos profundos, que con trabajo constante y comprometido nos muestra los rápidos resultados de las acciones de restauración con métodos agroecológicos.



De regreso al nivel del suelo, nos ponemos a soñar. Con este ejemplo de recuperación paulatina y diversificación productiva de potreros en Tenosique ¿es posible crear un plan a mayor escala? ¿Interesar a más ganaderos, agricultores, campesinas? Un plan dedicado a curar las heridas de la tierra, retener la humedad y regular la temperatura, contribuir a la resiliencia ante el cambio climático, dar refugio a la biodiversidad, fortalecer la soberanía alimentaria. Y ¿por qué no?, regular los flujos de agua que alimentan a los arroyos y después al majestuoso río Usumacinta, el río de libre flujo más grande de México. Y este plan, podría incluír a las y los compañeros migrantes, algunos expulsados por los efectos de la crisis climática, que pasan por esta zona, donde inicia un diálogo de saberes sobre técnicas para adaptarse al cambio climático.

El aguililla gris sigue su viaje, solo estaba de paso. Quizás le parezca normal a ella que los humanos nos unamos para regresar al ecosistema lo que le hemos tomado. Ella está acostumbrada al trabajo en equipo, puesto que emprende su migración en grupo, como pocos otros rapaces lo hacen. Seguirá su recorrido sobre la región, observando el efecto de nuestras acciones, de ellas dependerá que en otros vuelos vea mayor degradación o una restauración integral. Desde Tenosique, seguiremos nuestros sueños colectivos, para restaurar la cuenca baja del Usumacinta, que pueda ofrecerle a esta hermosa ave lo que requiere para su larga travesía; comida, agua, refugio y un mosaico agrícola diverso que disfrutar al vuelo.



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