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Los puertos pesqueros del sureste mexicano que están descarbonizando el futuro

  • Foto del escritor: PPD México
    PPD México
  • hace 11 minutos
  • 3 Min. de lectura
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Durante el 5.º Summit Latinoamericano por la Sostenibilidad Pesquera y Acuícola, un panel reunió a voces que están cambiando la forma de pescar en México: Salomón Díaz (WWF México); Guillermina Avilés (Río Lagartos); Lorena Benítez (Isla Aguada); Rossana Gómez (Isla Arena); y Sébastien Proust, Coordinador Nacional del PPD.


El 5º Summit Latinoamericano por la Sostenibilidad Pesquera y Acuícola reunió voces de mujeres que están implementando iniciativas comunitarias para transformar la cadena de valor del sector pesquero, que inicia desde la captura, continúa con la conservación y culmina con el almacenamiento. El panel fue moderado por Sébastien Proust Coordinador Nacional del Programa de Pequeñas Donaciones, y contó con la participación de Salomón Díaz, de WWF México, así como de Lorena Benítez de la Cooperativa Isla Pájaros (Isla Aguada), Rossana Gómez de Wotoch Aayin (Isla Arena) y Guillermina Avilés de la Cooperativa Manuel Cepeda Peraza (Río Lagartos).


Lorena Benítez de Isla Aguada, compartió que su iniciativa nace de la necesidad de cuidar el mar y mantener la fauna en calma. “El mar no nos cobra por usarlo, pero se cansa, y cuidarlo es parte de nuestra vida”, mencionó. Lorena habló sobre el cambio que implicó convertir su lancha de motor de dos tiempos a una lancha con motor eléctrico fuera de borda: la fauna se mantiene en calma y no hay derrames de aceites contaminantes en el Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos. El objetivo es claro y es que con la suma de esfuerzos de comunidades, empresas y gobiernos, es posible que cada puerto tenga acceso a motores eléctricos para la pesca.


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Después de la captura, viene la conservación y la cadena de frío sin combustibles fósiles. Guillermina Avilés de Río Lagartos, ha continuado con la implementación de una máquina de hielo solar para mantener la frescura de pescado, pulpo y langosta. La idea de producir su propio hielo surgió ante el incremento exponencial del precio y el costo de transportarlo desde otras comunidades, lo cual dejó de ser costeable para la cooperativa. Además, existía la necesidad urgente de concientizar a las y los socios sobre la conservación de las especies marinas y la importancia de dejar de depender de combustibles fósiles para la cadena de frío.


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Para el almacenamiento de los productos derivados de la pesca, Rossana Gómez de Isla Arena, implementó congeladores solares para no depender de la inestabilidad recurrente de la electricidad, que además dañaba los equipos de enfriamiento y provocaba pérdidas totales de los insumos pesqueros. Esta iniciativa transformó la cosmovisión y los saberes de la comunidad, que hoy confía en las tecnologías renovables. En repetidas ocasiones han señalado que “los congeladores solares son una bendición”, al dejar de depender de una red eléctrica basada en combustibles fósiles. Rossana recordó que las comunidades son la esperanza y que, cuando se apropian de las tecnologías, estas florecen.


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Durante este panel, aunque cada iniciativa surgió desde un puerto distinto, todas compartieron algo en común: están transformando la cadena de valor de la pesca —desde la captura hasta la conservación y el almacenamiento final— con tecnologías limpias creadas para y desde las comunidades.


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La cadena de calor ya está siendo descarbonizada en diferentes puertos del sureste mexicano, donde ya existen motores eléctricos que sustituyen a los motores de combustión interna para la pesca, máquinas de hielo solar que mantienen la frescura de los productos de mar e innovadores congeladores solares que funcionan aún cuando la energía eléctrica falla. Las tres tecnologías tienen el mismo objetivo: avanzar hacia un modelo pesquero bajo en emisiones.


Salomón Díaz, de WWF México, recordó la urgencia del contexto actual: el aumento del nivel del mar, los huracanes más intensos, los manglares degradados y las dunas erosionadas.


Explicó que la descarbonización no es un concepto abstracto, sino la reducción de emisiones en los sectores pesquero, acuícola y portuario, un compromiso que ya forma parte de la NDC 3.0 de México. También habló de las tendencias globales: la electrificación de embarcaciones, las cadenas de frío limpias, el uso de energías renovables en puertos y las exigencias de grandes empresas para que ellas y sus proveedores reduzcan su huella de carbono. “Los puertos del mundo están cambiando y México ya está entrando en esa conversación”, señaló.


Este panel dejó claro que la transición no comienza en las grandes ciudades ni en los discursos internacionales, sino en los puertos comunitarios que innovan porque lo necesitan y porque valoran la conservación de un mar más limpio y sano. Y, sobre todo, en la certeza de que la esperanza está en las comunidades.

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