ACERCA DEL PPD
¿Qué es el PPD?
El Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), es implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y tiene presencia en más de 126 países. Fue establecido en 1992, año de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, con el enfoque de promover el desarrollo sostenible. El PPD brinda apoyo financiero y técnico a proyectos que tengan como objetivo la conservación ambiental y el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades.
Este programa ha facilitado que comunidades locales y las organizaciones de la sociedad civil (OSC) que las acompañan, tengan acceso a recursos del FMAM, de esta forma se apoyan proyectos que se mantienen alineados con las estrategias del fondo y los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).
El PPD inició con una primera fase piloto de 1992 a 1996, donde se instaló en 33 países, México entre ellos. Debido a su éxito, para la segunda fase operativa creció a 63 países; entre 2003 y 2007, la tercera fase operativa, se extendió a 101 países y, actualmente tiene presencia en 126 países del mundo.
En México, el Programa tiene 29 años y sus oficinas centrales se ubican en la ciudad de Mérida, Yucatán. Durante este tiempo, ha financiado 736 proyectos de desarrollo sustentable, 227 de ellos a Organizaciones Indígenas. Los proyectos han creado directamente alrededor de 5,400 empleos permanentes y otros 13,000 de manera indirecta. Los beneficiarios del Programa son aproximadamente 14 mil personas, seis mil mujeres y ocho mil hombres.
Desde la fase piloto en 1992 y hasta 2019, el PPD ha invertido más de 38 millones de pesos en el sur-sureste de México, apoyando proyectos de diversos temas. Las principales estrategias que se han apoyado son: agroecología y agroforestería, acuacultura sustentable con especies nativas y pesca responsable, turismo comunitario, manejo forestal sustentable y apicultura orgánica.
En esta 7º Fase apoya a más de 100 organizaciones que desarrollan proyectos sustentables en Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Chiapas, Tabasco, Oaxaca y Puebla a través del enfoque de paisaje.
¿Cómo trabaja el PPD?
En este programa:
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Las y los beneficiarios son quienes ejecutan el programa y de ellas y ellos depende su permanencia e impacto.
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Los grupos elaboran sus propuestas a partir del conocimiento de sus propias problemáticas y de las posibles soluciones. Se eligen aquellas propuestas que coinciden con los intereses ambientales globales.
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Las organizaciones son el centro de la planeación de las estrategias regionales y de paisaje.
El PPD se basa en tres pilares que fomenta en todas sus acciones y por tanto se busca llegar a grupos y organizaciones dispuestas a trabajar bajo el entendido de esta tríada:
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Cuidado y valorización de la biodiversidad como base de nuestro bienestar.
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Promoción de la equidad de género para construir sociedades justas.
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Transparencia y ética en todas las acciones y actividades.
Equipo PPD
El equipo del PPD México está conformado por especialistas que trabajan de forma conjunta en diferentes áreas:
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Sébastien Proust - Coordinador Nacional
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Alondra Ramírez - Oficial de Operaciones
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Andrea A. Ysunza - Oficial de Monitoreo
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Marina Hirales - Asociada de Resiliencia
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Flor Rodriguez - Asociada CPS
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Ariadna Garzón - Administradora CPS
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Gabriela Díaz - Asociada Costa
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Araceli Sánchez - Administradora Resiliencia
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Miriam Arcos - Enlace territorial Oaxaca
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Abraham Villaseñor - Enlace territorial Calakmul
Comité Directivo Nacional
El Comité Directivo Nacional (CDN) es el principal órgano de adaptación de decisiones del PPD. Está conformado por representantes de amplia trayectoria, provenientes de organizaciones de la sociedad civil, gobierno nacional y oficina PNUD México. La participación en el CDN es de carácter voluntario y sus miembros cumplen las siguientes responsabilidades:
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Brindar orientación estratégica al PPD
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Seleccionar y aprobar proyectos que contarán con apoyo técnico y financiero
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Colaborar con la movilización de recursos
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Acompañar el proceso de escalamiento mediante la formulación de políticas
Paisajes
La 7º Fase se concentra en cinco paisajes. Por su ubicación, estos paisajes comparten características geográficas, culturales y ambientales que los convierten en zonas estratégicas. Las estrategias de paisaje se desarrollaron de forma participativa con comunidades locales en 2019 con visión para el 2030 y buscan atender necesidades comunitarias actuales, basándose en la percepción de su entorno biocultural y promoviendo el manejo sustentable de los recursos naturales en los ecosistemas más biodiversos del sureste mexicano.
Este paisaje se ubica en selvas altas y medianas de la Península de Yucatán donde se ha realizado manejo forestal desde hace más de cinco décadas. Actualmente existen empresas forestales comunitarias de productos maderables y no maderables.
La estrategia de este paisaje impulsa la participación de jóvenes y mujeres en las actividades productivas del manejo forestal para incrementar el valor de los productos de la selva, revalorar los servicios ecosistémicos de las mismas, enriquecer la agrodiversidad, fortalecer la conservación comunitaria, entre otras acciones.
En este paisaje, los habitantes locales realizan diferentes actividades que permiten el manejo sustentable del territorio y son parte fundamental de la identidad regional, tales como la milpa maya, la apicultura, la meliponicultura, el turismo alternativo y el manejo forestal no maderable.
La estrategia de este paisaje busca detonar la creación de proyectos innovadores y espacios de participación incluyentes y equitativos fomentando el manejo y la conservación de la agrobiodiversidad basados en el conocimiento local, así como la adaptación ante los cambios globales en beneficio de las comunidades locales.
Se ubica en la zona costera de la Península de Yucatán y el área marina donde se lleva a cabo la actividad de pesca ribereña.
En este paisaje se busca multiplicar las experiencias exitosas de pesca responsable, el turismo alternativo y la restauración de los ecosistemas degradados para fortalecer el manejo sustentable de la biodiversidad y consolidar la gobernanza en torno a estos bienes compartidos.
Este paisaje se encuentra en el estado de Tabasco y en menor proporción en los estados de Campeche y Chiapas. Su biodiversidad es de importancia global, albergando especies emblemáticas como el manatí, tortuga pochitoque, pejelagarto, mojarra castarrica, mono araña, jaguar y manglares. La estrategia busca multiplicar experiencias exitosas de manejo sustentable de la biodiversidad, como la acuacultura con especies nativas, el turismo alternativo y la agroecología.
La estrategia de este paisaje busca fortalecer la conservación de la biodiversidad y la conectividad ecológica en los estados de Chiapas y Tabasco, al incorporar criterios de conservación en los agroecosistemas de café y cacao, así como reducir amenazas a los hábitats naturales en las áreas protegidas y áreas de importancia para la conservación del paisaje.
