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El pez diablo del Usumacinta: ¿Cómo estamos y hacia dónde vamos?

por Gilberto Pozo Montuy · Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta (COBIUS A. C.)


Aunado al grave deterioro de los ecosistemas acuáticos, la pérdida de vegetación en las riberas de los ríos y el aumento en la temperatura, la invasión de especies exóticas es otras de las amenazas que ponen en grave riesgo el equilibrio ecológico y la capacidad de adaptación de las comunidades ante el cambio climático. En estudios recientes, Tabasco y otros estados del sureste de México poseen entre 12 a 18 especies de peces exóticos, pero es por demás inaudito que la causa de un gran número de especies exóticas es por programas de repoblamiento para el desarrollo de la pesquería lagunar y de ribera promovida por programas de gobierno, como es el caso de las tilapias.


Desde que llegó el pez diablo a la cuenca del Usumacinta, hace un poco más de 16 años, causó tal revuelo y conmoción que los pescadores le temían y pensaban que todo se había acabado para ellos. Este pez apareció y de la noche a la mañana, pasó a ser el pez principal en sus redes de pesca. Algunas estimaciones calculan que de cada 10 peces, entre 8 y 9 eran pez diablo. En un principio no se sabía qué hacer con ellos, los pescadores se destrozaban las manos al tratar de quitarlos de sus redes, incluso rompían sus redes causando una gran pérdida económica. La percepción de las comunidades pesqueras respecto al impacto del pez diablo es negativa y se ve reflejada en la pérdida de sus artes de pesca, reducción de la pesca comercial, contaminación de peces diablo muertos en orillas de los cuerpos de agua por ser desechados por pescadores.



Durante estos 16 años se han generado una serie de investigaciones, publicaciones e iniciativas para buscar por un lado, incorporarlo a la gastronomía regional y por el otro, controlar sus poblaciones para convertirlo en alimento para animales. Sin embargo, hay muchas incógnitas que despejar sobre la especie y los esfuerzos por controlarlos son muy puntuales, pues solo ha habido destellos de éxito en emprendimiento comercial, pero sin tener un mayor impacto en la población del pez diablo.


Es por ello que el presente proyecto es un parteaguas que en alianza con la sociedad civil a través de Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta (COBIUS A. C.), con los centros públicos de investigación y universidades representadas por el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), por medio de la División Académica de Ciencias Biológicas. Estas instituciones están trabajando con el firme propósito de diagnosticar el estado de la población del pez diablo y evaluar el riesgo a la salud del consumo de su carne.


Evaluación socio-ecológica del pez diablo y su potencial aprovechamiento


Las comunidades ribereñas de la cuenca del Usumacinta se están beneficiando al fortalecer sus capacidades para el monitoreo y aprovechamiento del pez diablo. Se espera que en un futuro inmediato puedan llevar a cabo acciones y programas para el manejo de la especie y conservación de las zonas ribereñas y lagunares de los humedales interiores, así como de restauración sobre la ribera del río Usumacinta en la porción baja que representa un área importante para la conservación de la biodiversidad.



El equipo de trabajo, conformado por investigadores de ECOSUR, de la División Académica de Ciencias Biológicas de la UJAT y de COBIUS A. C., ha unido esfuerzos para contribuir con información puntual y básica que permite señalar la necesidad de ampliar estudios de manera integral de la problemática generada por la invasión del pez diablo, la cual tiene una amplia distribución en la cuenca Grijalva-Usumacinta.


Esta propuesta integral multidisciplinaria e interinstitucional aporta información base de las implicaciones a nivel ambiental y socioeconómica por la presencia del pez diablo en la cuenca baja del Grijalva-Usumacinta. Aborda la cuantificación del estado de condición de las riberas, condición del agua y de las poblaciones de peces asociados con la pesquería de esta región. Se cuantifican también, las hectáreas afectadas y condición por estos indicadores ambientales, así como la afectación a la economía de los pescadores de estas zonas por el incremento de captura del pez diablo.


La resolución biológica taxonómica y molecular es importante para el momento de generar recursos aprovechables a partir del uso del pez diablo, lo cual es indispensable para el registro de los productos asociados. Así también, la línea base de posible carga de metales y agroquímicos servirá para establecer zonas de aprovechamiento diferencial para uso del pez diablo.


Zona de restauración en la ribera del Usumacinta.


Un componente muy importante del proyecto es la reforestación de 1.2 km de ribera en el Río Usumacinta como acción piloto que, en caso de ser exitosa, como hasta el momento, podría replicarse a gran escala y contribuir a mejorar las condiciones de la cuenca, la cual ha presentado problemas de mortandad de manatíes, pérdida de conectividad del hábitat del mono saraguato y deterioro ambiental de la zona. Además se ha observado que los taludes de canales y ríos desprovistos de vegetación son más vulnerables cuando el pez diablo construye la galería de cavernas para su reproducción.


La restauración de la ribera tiene un enfoque de género en respuesta al escenario actual del papel de la mujer y el hombre en la región. Con la llegada de proyectos gubernamentales se acrecentó la discriminación de la mujer debido al acaparamiento de las labores de viveros forestales por parte de los hombres, relegando a la mujer a labores domésticas. Nuestro proyecto busca rescatar el espacio para las mujeres donde ellas tomen decisiones y se empoderen en las actividades del vivero para contribuir a reducir los embates del cambio climático. Este proyecto recupera espacios para las mujeres evitando la pérdida de su conocimiento tradicional en el manejo de semillas y propagación de plantas en vivero, valorándose más el papel de la mujer en la región. Aunado a ello, las mujeres nutren su conocimiento del territorio al visitar áreas a restaurar, puesto que su labor local en el vivero tiene un impacto regional y global al contribuir en la lucha contra el cambio climático.


Sin lugar a duda, este proyecto contempla una serie de resultados de alto impacto para la toma de decisiones y al manejo del pez diablo para su posible control y aprovechamiento. Le damos las gracias al PPD México por todo el apoyo otorgado y sobre todo por las facilidades ante las contingencias sufridas en el desarrollo del proyecto. Nuestro reconocimiento a todos los investigadores que forman parte del equipo y son líderes en sus áreas de especialidad al Dr. Everardo Barba Macias, Dr. Alberto J Sanchez, Dr. Miguel Angel Salcedo Meza, Dra. Gabriela Castellanos, Dr. Nicolas Alvarez Pliego, Dr. Arturo Torres Dosal, Dra. Rosa A. Florido, Dra. Dulce Infante, Dr. Alfonso Castillo, Dr. Rodimiro Ramos Reyes y Biol. Jorge A Lopez Hernández y un sin número de estudiantes, técnicos y voluntarios que nos apoyan en el desarrollo del proyecto tanto en campo como en laboratorios. Sin ellos sería imposible realizarlo.


En COBIUS somos ciencia en acción, caminando hacia la conservación.



CONTACTO


Gilberto Pozo Montuy


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