por Wilbert Caamal Cauich · Muuch Kambal A. C.
Hace poco más de 10 años, apicultores, milperos y personas de la sociedad, se organizaron para defender sus derechos, su forma de vida, su salud y su territorio. Como es bien conocido Hopelchén, Campeche es el epicentro de la pugna entre gigantes multinacionales que promueven la siembra de soya genéticamente modificada y un colectivo de comunidades mayas de Hopelchén que lucha por defender su agua limpia, sus abejas, la salud y un ambiente libre de contaminantes.
Pero... ¿Cómo empezó todo?
En 2012, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SAGARPA) aprobó un permiso para cultivar soya genéticamente modificada en 253,000 hectáreas de 7 estados del territorio mexicano, incluidos los de la Península de Yucatán. A causa de este permiso, y mediante subsidios, grandes extensiones de selvas fueron taladas, logrando sembrar en más de 200 mil hectáreas de este nuevo y lucrativo negocio de soya. Pronto la muerte masiva de abejas a causa de los agrotóxicos que se vierten en los extensos campos de cultivo de manera aérea se hizo visible en gran parte del municipio.
Para dar respuesta a estos problemas, las comunidades de Hopelchén se organizaron y se unieron para exigir sus derechos, con la ayuda de organizaciones aliadas, académicos, apicultores, campesinos y personas interesadas en defender su territorio. Asesorados legalmente y en virtud de sus derechos, las comunidades emprendieron una batalla inteligente contra los permisos. El Colectivo Maya realizó campañas de información, sensibilización y un llamado a la acción. Decidieron ampararse contra el permiso de la siembra de la soya genéticamente modificada en la región.
En una decisión inédita, el 4 de noviembre de 2015 la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió suspender dichos permisos de siembra de soya transgénica. La Suprema Corte falló a favor de los pueblos mayas, en espera de la consulta a las comunidades mayas y en 2016 se inició el proceso de consulta a los pueblos, sin embargo, actualmente la consulta está detenida y sin avances significativos mientras la siembra de soya transgénica continúa cultivándose ilegalmente.
Las rocas sólidas
Han pasado varios años desde que la consulta a las comunidades mayas se detuvo, pero en el corazón de Hopelchén las personas que integran el Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes continúan participando activamente en reuniones informativas y en la toma de decisiones para seguir defendiendo su forma de vida.
Tras varias reuniones y preocupados por los problemas que aquejan su municipio, decidieron reflexionar y proponer acciones que mejoren su calidad de vida. Es así como en el año 2018 surge una agenda de trabajo “U Noj tuukulik u meyaj u méek'tan kaajilo'ob maya Hopelchén“ (El gran pensamiento del trabajo de los pueblos mayas unidos de Hopelchén). Esta agenda contempla propuestas para el sector apícola, la salud comunitaria y medicina tradicional, el impulso de la agroecología y los jóvenes como agentes de cambio para el futuro del territorio maya de los Chenes.
A pesar de las dificultades por la pandemia y eventos hidrometeorológicos que han golpeado severamente la comunidad de los Chenes, los integrantes del colectivo siguen los procesos de denuncias por las afectaciones a su territorio, como es el caso de la extracción irracional del agua, la deforestación, las fumigaciones aéreas y en conjunto con otras organizaciones impulsan modificaciones a leyes que afectan la integridad de sus abejas, sus cultivos y su salud.
Como en palabras de uno de sus integrantes, Jorge Pech Martín lo reafirma: “Cada persona del Colectivo somos piedras pesadas que han soportado huracanes, al COVID-19 y a las injusticias hacia nuestro pueblo. Unos llegaron, otros se fueron... si nosotros nos hubiéramos ido el Colectivo no existiría”
La transición con las nuevas generaciones
En la actualidad, el Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes está en proceso de generar un plan de trabajo colectivo, donde la prioridad son las juventudes. El Colectivo busca acompañar en esta transición a las nuevas generaciones para que adopten la identidad, protejan su territorio y todo aquello que se encuentra inmerso. También que conozcan la línea del tiempo histórica del Colectivo; su sobresalientes logros en defensa de sus derechos y las actividades que se impulsan en las comunidades que forman parte de las propuestas de solución. Tal es el caso de los huertos agroecológicos integrales en las comunidades, en donde adultos y jóvenes participan en la producción de cultivos sanos libres de químicos.
Como lo reflexiona la joven María Noh Cocom de la comunidad de San Bernardo Huechil: “Si siguen talando los árboles, para tiempo de floración las abejitas ya no tendrían la flor para aportar la miel, que es un ingreso para nuestras familias”. María tiene su huerto integral en su comunidad y aprende del proceso de cultivar orgánicamente.
El sueño del “Noh beh”
Ante los retos de las problemáticas ambientales que se viven en Hopelchén, el Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes busca construir un camino que los lleve al sueño anhelado, con la participación de alrededor de 50 personas de más de 20 comunidades, entre hombres, mujeres y jóvenes, fueron surgiendo lluvias de ideas para trazar la ruta del sueño. Entre ellas destacan:
"Enseñar a los niños y jóvenes al cuidado del medio ambiente” “No a la venta de tierras”, “Proporcionarle a los apicultores las leyes que existen”, “Que en la limpieza de los solares no se usen químicos” “Importante crear cooperativas”.
El gran sueño del Colectivo de Comunidades Mayas es trazar un camino lleno de propuestas y acciones, en donde los jóvenes se involucren en las actividades en sus comunidades, retomen las acciones de los adultos y adquieran los conocimientos de su territorio, para prevalecer juntos en este gran camino “Noh beh”.
Para conocer más: https://www.nationalgeographic.com/environment/article/unlikely-feud-beekeepers-mennonites-simmers-mexico
Fotos por Wilbert Camaal Cauich
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