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La meliponicultura; trabajar con abejas ancestrales

Actualizado: 2 jun 2021

por Abraham Puebla Castro · Alianza Peninsular para el Turismo Comunitario (APTC)


Cuando hablamos de miel de abeja solemos pensar casi de inmediato en la apis melifera, este pequeño amiguito de color amarillo, rayas negras y aguijon cuya picadura a desarrollado fobias en más de una persona.


Según datos de la Organización Mundial de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la diversidad de alimentos como frutas, hortalizas, miel y frutos secos depende de los polinizadores, sobre todo las abejas que contribuyen a la polinización de más de 170,000 especies de plantas.



La celebramos como aquel polinizador del que depende la mayoría de nuestros alimentos, disfrutamos de su miel a nivel global, la vemos en documentales y hasta con sus propias películas y series. Si bien la importancia de este ser vivo es cada vez más evidente, existe otro grupo de abejas que no goza de tanto glamour ni es tan visible en la agenda pero que sin duda desempeña un papel fundamental en las tierras donde vivimos: las abejas nativas.


En la Península de Yucatán hay diversas especies de abejas que sobrevuelan las selvas del Mayab desde tiempos ancestrales, entre ellas la Xúnan Cab, una abeja melipona de ojos azulados y sin aguijón que ha heredado una relación sagrada con la cultura maya que prevalece hasta la actualidad.


Este ser vivo tan particular que por desgracia mucha gente todavía no es consciente de su existencia, ha brindado bienestar a las familias que han pactado trabajo con ellas, pues su miel es usada como medicina, lo que le da un valor especial sobretodo a aquellas comunidades quienes se encuentran lejos de los servicios de salud concentrados en la ciudades.



Sin embargo, su miel solo es una de sus bondades más destacadas pues al desarrollarse en zonas como los manglares y selvas que caracterizan la región, se adaptaron en relación mutua con plantas endémicas, es decir que solo se encuentran en la península, beneficiándose de su polen pero al mismo tiempo contribuyendo con su propagación y de esta manera facilitando la reproducción de estas.


Así como en la apicultura conocemos a las y los apicultores, quienes trabajan con la abeja melipona se les puede reconocer como meliponicultores, ya sea que hayan heredado la práctica por tradición o hayan aprendido derivado de algún curso o taller de alguna de las diferentes organizaciones que buscan preservar a la Xunán cab. Si bien ambos trabajan con el fin de aprovechar la miel, existe una diferencia muy particular y es que los jobones o cajas, espacios donde viven las meliponas, forman parte de los solares mayas es decir, del hogar, siendo muchas veces parte de la “familia” ya que se genera una relación mucho más cercana a diferencia de la famosa apis que al tener aguijón se ubican en sitios alejados de la población.


A pesar de conocer su importancia, las prácticas agrícolas intensivas, el cambio en el uso de la tierra, los plaguicidas, especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y el cambio climático ponen en riesgo a todas las especies de abejas del planeta incluyendo por supuesto a las de la Península de Yucatán.


El Día Mundial de las Abejas este 20 de mayo tiene como objetivo concientizar sobre la importancia que tienen estos seres vivos en nuestros alimentos así como la importancia de preservarlas. El tema de este año es sobre la producción y las buenas prácticas adoptadas por los apicultores o en este caso meliponicultores para apoyar sus medios de vida y ofrecer productos de alta calidad.


Si bien la práctica de la meliponicultura está en un proceso de recuperación por parte de familias y organizaciones que poco a poco se esfuerzan para tener sus propias abejas así como un mejor medio ambiente, existen otras organizaciones que ya han propuesto e incluso innovado con respecto a la forma de trabajarlas. Es el caso de Manuel Xool y Ana Piña en Tekit, Yucatán quienes emprendieron junto con su cooperativa turística un recorrido de agroturismo para ofrecer la oportunidad a los viajeros de conocer su solar maya en donde las abejas meliponas toman protagonismo.


Manuel Xool nos comparte:


¿Qué te hizo empezar a trabajar meliponas en tu casa?

Fueron varios factores, de inicio siempre habíamos querido, pasó mucho tiempo hasta que logramos tener la oportunidad de capacitarnos y tenerlas. La primera intención no fue tener la cantidad que tenemos ahora, sino el autoconsumo.


¿Por qué consideras que es importante hacerlo?

Primero por la cuestión ambiental, tener abejas nativas, reproducirlas y aumentar su número, es fundamental para nosotros como parte de pueblo maya, puesto que en los últimos años se han perdido muchas colmenas por diferentes razones, por ejemplo la deforestación, pero también el abandono, se prefirió en su momento trabajar con apis mellifera pues se decía que la miel era mejor al ser más espesa ya que tiene menos humedad.



¿Cuál es el papel de los meliponicultores en la conservación de la Xunán Cab?

Al cuidar las abejas se contribuye con la polinización, pues han coevolucionado con plantas de la región entonces son sus mejores polinizadoras.


¿En qué momento decidiste relacionarlo con el turismo?

Fue algo que poco a poco se fue dando, ya teníamos nuestras abejas cuando surgió la cooperativa Yaax Tekit. Pensando en actividades que se vinculen al turismo comunitario pero al mismo tiempo capacitándonos en cursos como guías de naturaleza lo fuimos relacionando hasta que decidimos emprender el producto de la visita al solar en donde están incluidas las abejas. Conforme lo fuimos implementando consideramos que es una buena idea, los visitantes lo disfrutan mucho, y es una manera de educar y conocer a las abejas que tienen una función ecológica muy importante y no les van a hacer ningún daño porque no tienen aguijón.


¿Recomendarías a otros meliponicultores emprender en el turismo con sus meliponarios? ¿Cómo hacerlo de manera correcta?

Es una pregunta difícil, la relación que existe con el pueblo maya y las abejas es algo sagrado. Entonces el objetivo en realidad es cuidarlas.

Recomendar tener abejas sí, pero recomendar turísticamente hablando no necesariamente porque implica muchas cosas. Hay mucha gente que solo quiere hacerlo turístico sin considerar la cosmovisión y el respeto y eso podría traer varios problemas.


¿Cuáles consideras que son buenas prácticas a la hora de trabajar con las meliponas?

Primero tener amor por las abejas, esto te lleva a informarte y conocer lo que se requiere para cuidarlas y que estén en el mejor estado posible. Cuando uno sabe las necesidades de las abejas te lleva a darles lo que requieren, así como a tomar cursos que son importantes.

Tiene que ver con la limpieza, atención, cuidado contra las plagas y sobretodo la extracción de la miel, ya sea con jeringas o extractores prácticas que evitan que se contamine la miel con otras maneras, y eso también te lleva a invertir por ejemplo poner palma de guano o zacate para que esté fresco, poner árboles, agua, aunque sea más costoso.


¿Si alguien tuviera la duda de con qué abejas empezar a trabajar qué le recomendarías?

Cualquiera de las dos abejas son importantes aunque tiene un fin más comercial, la apis mellifera, sin embargo son agresivas y deben trabajarse lejos de sitios poblados. Es importante recalcar que el hecho de que sea comercial no lo hace algo malo, simplemente se debe tener cuidado con su manejo sobretodo en la producción de miel. Por otro lado las abejas meliponas pueden trabajar en el hogar siempre y cuando se manejen de manera adecuada. En ambos casos las buenas prácticas son lo más importante. Reforestar, tener limpio su área por ejemplo.



CONTACTO


Manuel Xool

https://www.viajaturismocomunitario.com/yaax-tekit


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